Mañana, la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa realizará su Encuentro Anual con el título de “Argentina: nuestros desafíos para un progreso sostenible”.
Desde su fundación, hace casi sesenta años, ACDE ha reflexionado y compartido con la dirigencia argentina la necesidad de una visión de mediano y largo plazo para nuestra sociedad.
Los valores y compromisos para que se desarrolle una república democrática, la necesidad de instituciones respetadas y respetables que ofrezcan transparencia y garanticen a los ciudadanos una convivencia pacífica en el marco de leyes, la construcción de liderazgos en los distintos ámbitos de la vida de la Nación son algunos de los grandes temas de estos encuentros.
Sin embargo, es evidente que nos cuesta avanzar porque, a pesar de lo que señalan algunos indicadores, no logramos acordar como sociedad en algunos temas fundamentales.
Acuerdos que, de lograrse, nos permitirían avanzar firmemente hacia un progreso sostenible , especialmente en tiempos en que soplan vientos favorables para nuestra región.
Creemos que, como en otras ocasiones, luego de varios años de crecimiento, justificadas dudas se presentan acerca de la sostenibilidad de nuestro desarrollo: indicadores e instituciones no confiables, alza de inflación, retraso cambiario, fuga de capitales, medidas de acción directa que reemplazan el diálogo, marchas y contramarchas en las reglas de juego de la economía, signos visibles de fragmentación política y social, picos de consumo con bajo nivel de inversión, una creciente intervención del Estado aun en áreas normalmente asignadas al sector privado, persistente caída de la calidad educativa, tendencia al aislamiento internacional, son sólo algunos de los síntomas que percibimos.
No queremos ni debemos resignarnos a la perspectiva de otro ciclo de euforia y posterior caída con toda la secuela de pobreza, desánimo y frustración.
Sí queremos un desarrollo sostenido y sostenible que nos dé a los ciudadanos la seguridad de que con el esfuerzo de todos se puede crecer armónicamente, dar una previsibilidad mínima a las familias, a los emprendedores y a los inversores (pequeños y grandes, locales y extranjeros), con instituciones y normas que atraviesen los distintos gobiernos sin cambios abruptos y, de haberlos, que se definan por consensos en los ámbitos que corresponden.
En el caso concreto de los empresarios, vemos con especial preocupación una caída en nuestro espacio de libertad para tomar decisiones, tales como fijar precios, exportar o importar y lo que es peor aún, frecuentes variaciones en las reglas que afectan la necesaria “empresarialidad” o entrepreneurship , cuya contrapartida es la necesaria responsabilidad social, por lo que debemos producir bienes o servicios, en un marco de competencia, generando empleo productivo, pagando mejores salarios, impuestos y reinvirtiendo para completar este círculo virtuoso.
Con esta visión es que este año expondrán en nuestros Encuentro figuras internacionales como Alejandro Foxley y Michel Camdessus, a los que se sumarán paneles de expertos locales y el testimonio de nuestros empresarios.
Queremos conocer otras experiencias, saber cuáles son las condiciones y los consensos a lograr para que una sociedad crezca de manera sostenible, qué rol deberían jugar el Estado y los dirigentes de los distintos sectores.
Los empresarios también debemos asumir nuestras responsabilidades en esta precariedad que vivimos . Debemos hablar más claro, reclamar por nuestros derechos, pero asumir también nuestro compromiso con el bien común.
Clarín
Miércoles 22 de Junio de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario