Cada vez más en el mundo, la basura es vista como una forma de generar nuevos productos y energía. El modelo de tirar todo en la misma bolsa está cada vez más lejos, porque no es sustentable , se desperdician recursos y se perjudica al medio ambiente. Esa es la visión de los expertos mundiales que ayer comenzaron en Buenos Aires la conferencia internacional sobre Minimización y Reciclado de Residuos más importante del año, donde recomendaron empezar ya con el reciclado en el área urbana y profundizar los programas locales que recién arrancan.
La reunión, organizada por la ISWA (siglas en inglés de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos), convoca a expertos internacionales del Reino Unido, Italia, Grecia, Holanda, Austria, Bélgica y Brasil, entre otros países, además de empresas y organismos nacionales y municipales.
“Tienen que hacer más reciclado. Y comenzar por el principio, que es tan simple como separar en las casas la basura seca de la húmeda . Luego, hay que tratarla en plantas especiales, para recuperar materiales y energía”, remarcó Jeff Cooper, del Reino Unido y presidente de ISWA. “Se trata de una ecuación inteligente desde lo económico, con el costo de los combustibles y la energía en alza. En Londres la energía es cara. Aquí tienen precios subsidiados, lo cual puede ser una traba para que el reciclado avance rápido. Pero a la vez, están importando gas y fuel oil, algo que podría compensarse con energía que salga de la basura”, le dijo a Clarín en una pausa de la conferencia, junto a David Newman (representante de Italia) y Björn Appelqvist (Holanda).
Disminuir los rellenos “Los rellenos sanitarios son la primera opción y siempre una parte de los residuos irá allí –señala Jeff Cooper–. Estados Unidos y Europa todavía tienen muchos rellenos sanitarios. Pero hay que tener un plan nacional y municipal para usarlos menos, porque el costo ambiental es muy alto, tanto por los gases de los camiones que llevan la basura muchos kilómetros cada día, como por el metano que se desprende en la descomposición de la basura”, explica Cooper. Para Atilio Savino, ex presidente de la ISWA y ex ministro de Ambiente de la Nación, “los rellenos sanitarios son la opción disponible y no se debe demonizarlos. Peores son los basurales a cielo abierto, que no tienen ningún tratamiento. Europa llegó donde está hoy en reciclado luego de un largo proceso, y eso es lo que tenemos que hacer en Buenos Aires”. |
Así, la separación debería estar a cargo de los vecinos. Advertido de que no todos los porteños suelen cumplir reglas mínimas , como sacar la basura en horario, Newman responde: “No se trata de un problema de educación, sino de aplicación. Si se implementan buenos programas de recolección diferenciada, la gente responde . En ciudades italianas hemos pasado del 10% de separación a más del 50%, en apenas meses, con programas adecuados”. Para él, en Buenos Aires hay una gran oportunidad: “Se podría producir compost (abono para el campo), electricidad o biogás a precios muy competitivos”.
¿Cómo hacer la recolección? Tener camiones que puedan llevar secos y húmedos, colocar contenedores diferenciados en los barrios y un punto clave: “Hay que mantener los contendores limpios , levantar rápido lo que tira la gente. Porque si los vecinos perciben suciedad, rechazan los contenedores y además tiran en el contendor equivocado”, asegura Cooper.
Para los expertos, los rellenos sanitarios –resistidos por los vecinos– no son una mala palabra, pero recomiendan avanzar en su transformación, para que cada vez se entierre menos basura orgánica.
Según Newman, que trabaja hace 25 años en Italia, “un punto clave es quién paga la mejora del sistema. Hay que crear una tasa especial para la basura (no junto con el impuesto de ABL), y comenzar a cobrarla de inmediato. Puede que no sea simpático para los políticos, pero dividido por todos los vecinos es poco dinero y vivir en una ciudad más limpia y ecológica devuelve lo pagado”.
No todo es basura de las casas. En medio del boom inmobiliario porteño, la de las demoliciones preocupa. “Mucha de ella es reciclable. En Copenhague, Dinamarca, se montaron playones de bajo costo, donde llevan hierros, arena y cemento. Mucho es reutilizable, y hay leyes que obligan a las constructoras a demostrar qué harán con los residuos para poder obtener los permisos de construcción”, cuenta Appelqvist.
Todos aseguran que la receta final no es complicada. Hay que formular estrategias de largo plazo (en Londres pasaron en 10 años de un 10% de reciclado al 40%) y sostenerlas en el tiempo.
Clarín
Miércoles 22 de Junio de 2011
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