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lunes, 26 de septiembre de 2011

Megaciudades: el desafío de convertir desechos en recursos

La Nación (Argentina)

Una motocicleta tras otra. El ruido se hace insoportable. En "hora pico" el aire es tan denso que a uno llega dolerle la garganta. Es la megaciudad de Hanoi (Vietnam), en un día normal de la semana.

Una escena familiar en muchas otras ciudades de los llamados "países emergentes", donde crecen, incontroladas, las megaciudades de este mundo: cada día unas 160.000 personas más.

La infraestructura de estas ciudades, por lo general, no alcanza a crecer en armonía con la población -no tan rápidamente-. Cada vez se hace más difícil proveer a todos de agua potable, recolectar y depurar las aguas residuales, la basura. La cantidad de habitantes de Hanoi, la capital de Vietnam, se ha elevado a casi siete millones en los últimos años. Pero en toda la ciudad no hay ni una planta de tratamiento de aguas residuales. El líquido de sus duchas e inodoros termina -luego de un largo recorrido- en los ríos de la región y, en algún momento, seguramente en el manto freático, sin previo procesamiento.

La Universidad Técnica de Darmstadt (Alemania) ha desarrollado un concepto que debe solucionar este problema: un sistema de aguas residuales, que puede crecer conjuntamente con una megaciudad como Hanoi, que recicla las aguas negras y que, además, produce energía eléctrica a partir de excrementos. "Semicentral" llaman los científicos a su concepto. En un par de años deben surgir en la capital de Vietnam instalaciones del tamaño de un gran parqueo de autos en las que se puede lograr mucho más que el simple almacenamiento de aguas sucias.

Más de 17 millones de personas, en una sola ciudad en Nigeria.










Las negras aguas cloacales serán procesadas y transformadas en clara agua potable que retornará a las casas de la ciudad. Los lodos residuales y la basura orgánica se convertirán en corriente eléctrica en una estación de biogás. Lo que no sea aprovechable en ninguno de estos procesos acabará como abono en los campos de la región.

"Las aguas residuales no son simplemente basura para nosotros", explica el profesor Peter Cornel, que dirige el proyecto en Hanoi, "son un recurso". Sobre todo las megaciudades no pueden darse el lujo, bajo ningún concepto, de usar el agua sólo una vez, insiste Cornel. Es difícil que el manto freático a su alrededor resista tal cosa.

Lo más interesante del "Proyecto Semicentral" no es sólo el reciclaje del agua. Sus sistemas, además, son capaces de crecer con la ciudad y sus habitantes: si Hanoi vuelve a ganar 100.000 hanoienses, se agrega sencillamente una nueva estación en el nuevo barrio. "Cuando las ciudades crecen de esta forma descontrolada, hay que repensar constantemente cómo solucionar los problemas de la gente con sistemas bien distintos de los que tenemos en Europa", dice Cornel.

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