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miércoles, 18 de mayo de 2011

Adiós a las viejas lamparitas: en 15 días se dejan de vender

Las nuevas opciones para iluminar la casa. Las “bombitas” incandescentes estarán prohibidas por ley desde el 1° de junio. Halógenas, de bajo consumo y LED son las alternativas. Ahorran energía y duran más, aunque también son más caras.

Creadas a fines del siglo XIX y transformadas durante el XX en sinónimo de iluminación hogareña, las lámparas incandescentes –superadas ya por tecnologías más eficientes– transitan una lenta retirada . En la Argentina, a partir del 1° de junio estará prohibida en todo el territorio la venta de las clásicas “bombitas” incandescentes de más de 25 watts. Es por una ley sancionada a fines de 2008 que apunta al ahorro de energía y que sigue una tendencia vigente en buena parte del mundo.


Según datos recopilados por Greenpeace, la Unión Europea eliminará las lámparas incandescentes en 2012, y caminos similares recorren Canadá, Australia, parte de EE.UU. y varios países de América latina, entre otros.

Sin las lámparas incandescentes más potentes en las góndolas locales (muchas ya no se consiguen) los hogares estarán obligados a optar por alternativas . En el mercado se consiguen las fluorescentes compactas (conocidas como “de bajo consumo”), las más modernas basadas en diodos emisores de luz (LED) y las incandescentes halógenas (de las alternativas, éstas son las más parecidas a las incandescentes tradicionales).

Todas estas nuevas lámparas tienen una vida útil que va del doble a 50 veces más que las incandescentes, son capaces de cubrir con solvencia diferentes necesidades lumínicas y con ellas se reducirá entre un 30% y un 70% del consumo de energía destinado a iluminación (que a su vez representa alrededor de un tercio del gasto de electricidad de un hogar ).

Sin embargo, aunque permitirán, a largo plazo, un ahorro significativo en los gastos del usuario, también es cierto que todas las lámparas alternativas tienen un precio notablemente más alto que las tradicionales, lo que podría significar un problema para buena parte de la población.

Respecto de esta situación, fuentes del Programa Nacional de Uso Racional de Energía Eléctrica (Pronuree) le dijeron a Clarín que hasta hoy se han reemplazado más de 24 millones de lámparas incandescentes por otras tantas de bajo consumo en 2.170 localidades todo el país, y que esta acción continúa. Para cambiar lámparas, “los usuarios deben contactarse con su municipio, con su distribuidora eléctrica o con las diferentes asociaciones de defensa del consumidor”, indicaron desde el Pronuree.

Por otro lado, según los técnicos consultados por este diario, de todos los tipos de lámparas alternativas se consiguen modelos con roscas compatibles con los portalámparas comunes.

Las incandescentes halógenas son las que tienen un precio más parecido al de las clásicas (una de 42 watts, equivalente a una de 60 watts de las tradicionales, ronda los $ 10), pero las duplican en vida útil y consumen un 30% menos.

Carlos Kirschbaum, ingeniero especializado en iluminación de la Universidad Nacional de Tucumán e investigador del Conicet que sigue de cerca el reemplazo de las lámparas incandescentes, explica que además las halógenas son poco contaminantes y soportan bien el apagado y encendido frecuente y las variaciones de tensión.

De las fluorescentes compactas, señala el experto que hay que tener en cuenta que encenderlas y apagarlas muy seguido les disminuye la vida útil y que, por contener mercurio, son contaminantes. Sobre esto Greenpeace dice que aún siendo así, los beneficios que aportan al medioambiente estas lámparas las hacen convenientes. Pero recomienda no tirarlas con la basura domiciliaria y esperar a que se dicten normas sobre su tratamiento.

Por: Leo González Pérez

Clarín
Martes 17 de Mayo de 2011

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