Las importaciones que la Argentina concretará a lo largo de 2011 de gas natural y licuado, fuel oil, gas oil y otras fuentes de energía arrojarán --tras descontar exportaciones de combustibles-- un déficit comercial de 3.000 millones de dólares.
Ese monto de dinero, que de mantenerse la actividad económica podría incrementarse en 2012, es el correlato en divisas de la pérdida del autoabastecimiento energético, situación que el país no atravesaba desde 1989 y que quedará cristalizada este año, según un documento emitido ayer por ocho ex secretarios de Energía.
“La Argentina tenía en 2006 un saldo comercial positivo para el sector energético de 5.600 millones de dólares y terminará 2011 con un saldo negativo estimado de US$ 3.000 millones, que crecerá en precio y cantidad en los próximos años”, afirmó el documento suscripto por ocho ex titulares de la cartera de energía entre 1985 y 2003. Son Emilio Apud, Julio César Araoz, Enrique Devoto, Roberto Echarte, Alieto Guadagni, Jorge Lapeña, Daniel Montamat y Raúl Olocco.
El documento, con abundantes números y conceptos técnicos, tiene una clara intencionalidad política, que es la denuncia de la política energética del kirchnerismo, cuando se cumplen diez días consecutivos de restricciones en el abastecimiento de gas a 300 grandes usuarios industriales como consecuencia de la baja temperatura ambiente. En lo político, no hay ningún eufemismo: los ocho ex funcionarios aseguraron que los problemas que llevaron a la pérdida del autoabastecimiento “se agravaron particularmente a partir de 2003”.
Según los ex funcionarios, “la ciudadanía no conoce de boca de sus gobernantes la magnitud de los subsidios, las crecientes importaciones ni la caída de nuestra producción energética”.
En cuanto a los subsidios que el ministerio de Planificación destina a las tarifas energéticas y el gas oil para el transporte, los ex funcionarios estimaron que los 26.000 millones de pesos asignados a este renglón durante 2010, “podrían duplicarse este año”. Además vincularon los subsidios a la suba de precios: “Los recursos fiscales no alcanzan y ahora se financian con emisión de billetes sin respaldo (...) y para mantener la ficción de las tarifas congeladas con subsidios, las políticas populistas licuan el poder de compra del salario con más inflación”.
El documento reitera --lo habían señalado en mayo-- que las reservas de petróleo y gas cayeron entre 2002 y 2010 a 100.000 millones de dólares, tomadas esas reservas a valor presente. Pero en esta ocasión los ex secretarios detallaron por qué los recientes hallazgos anunciados por YPF en materia de fuentes alternativas de gas (shale gas y tight gas) no deberían ser aun contabilizados como reservas comprobadas. “La falta de equipos especiales (para este tipo de yacimientos) es una limitación para sumar perforaciones y que la política energética vigente es disuasiva de una mayor actividad conducente al desarrollo de esos recursos”.
Por: Luis Ceriotto
Clarín
Martes 5 de julio de 2011
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