SHITECK CONSULTORA EN SEGURIDAD HIGIENE Y MEDIO AMBIENTE

Mi foto
Campana, Buenos Aires, Argentina

lunes, 18 de julio de 2011

Potabilizan agua con energía solar


La Nación (Argentina) / Por Nora Bär

Los estudiantes, durante una de las pruebas de campo.  / Gentileza FIUBA


Diseñaron un equipo de bajo costo para viviendas rurales aisladas que elimina gérmenes, metales y arsénico.

Todos los sanitaristas concuerdan en que una cañería de agua potable hace más por la salud de una población que los avances de la medicina. Lamentablemente, todavía hoy, en la Argentina hay vastas regiones que carecen de un sistema de distribución de agua potable…

Justamente para atender las necesidades de las personas que viven en esas zonas, donde en general no solamente falta el suministro hídrico, sino también la electricidad, un equipo de profesores y estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la UBA (Fiuba) acaba de desarrollar y patentar un equipo purificador de agua que funciona con energía solar. Es de bajo costo y prácticamente no requiere mantenimiento.

"Como el nuestro es un departamento de educación y desarrollo de nuevas tecnologías, me pareció importante que aplicáramos nuestro conocimiento a la resolución de necesidades sociales", cuenta el doctor Fernando Audebert, investigador del Conicet y director del Departamento de Mecánica de la Fiuba, y del Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación en Ingeniería y Diseño Industrial (Cididi).

Según explica, aunque la mitad del territorio de la Argentina que se extiende hacia el Norte recibe abundante irradiación solar, no hay muchos desarrollos pensados para aprovecharla.

"Para producir energía solar hay dos alternativas: la tecnología de células fotovoltaicas, muy avanzada en el mundo, y la tecnología térmica, como la que se emplea en los secaderos de fruta -detalla Audebert-. Para la purificación de agua, se nos ocurrió otro camino. Estudiamos la situación de sectores pobres de Santiago del Estero e hicimos pruebas de campo en Colonia Dora y Añatuya. Allí, la población dispersa alcanza el 40%. Las familias viven en ranchitos aislados, sin electricidad, caminan kilómetros para llenar tachos de 200 litros con agua de ríos, arroyos o pozos, y ésa es el agua que consumen."

Es una zona de pocas lluvias y tierras salitrosas. Peor aún, muchas veces el agua está contaminada con sales, metales pesados, microorganismos patógenos y arsénico.

Los efectos de este elemento sobre el organismo son conocidos desde el Renacimiento (se cuenta que los Borgia y los Médici lo utilizaban para envenenar a sus enemigos). Cuando se ingiere en bajas dosis durante largo tiempo, causa desde problemas cutáneos hasta cardiovasculares, hepatorrenales, neurológicos, respiratorios y hematológicos. También puede producir malformaciones congénitas y cáncer. En el país, el doctor Mario Goyenechea, de Rosario, presentó en 1913 los dos primeros casos en los que certificó las consecuencias del hidroarsenicismo crónico regional endémico (Hacre). Constituye un problema sanitario preocupante en el Chaco, Córdoba, Formosa, La Pampa, Buenos Aires, Salta, San Luis, Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán.

"Como las aguas suelen contener sales, los pobladores eligen las de sabor más dulce, que paradójicamente son las que mayor contenido de arsénico tienen -cuenta Audebert-. Entonces ¿cómo ayudarlos? Porque no hay ninguna tecnología «grande» (es decir, de las que se utilizan para pueblos enteros) que pueda emplearse para resolver el problema del rancho aislado."

Fue así como imaginaron un dispositivo que no requiriera mantenimiento ni energía eléctrica, y que respetara los usos y costumbres tradicionales. "En definitiva, lo que hace este equipo es una destilación por doble proceso, lo que aumenta el rendimiento de producción de agua y elimina todo tipo de contaminantes -resume-. En el interior circula un líquido por circuito cerrado, que es el que se calienta y transmite calor, y el agua va por afuera. Después de calentarse, pasa a una batea superior donde sufre algo similar al efecto invernadero, se condensa e ingresa en unas canaletas (recubiertas con dióxido de titanio, un elemento que produce una reacción catalítica que mata los microorganismos). Estas la conducen a un depósito de agua limpia. Para permitir la irradiación del agua, en lugar de un vidrio común utilizamos un tipo de polímero que deja pasar los rayos ultravioletas."

Según calculan sus creadores, el costo de este equipo podría oscilar entre 3000 y 5000 pesos. "Si los municipios se involucran, esta tecnología podría difundirse rápidamente", concluye el investigador.

No hay comentarios: