Empresas recurren al clown para mejorar clima laboral y productividad de sus empleados.
Ser clown no solo funciona para hacer reír a los demás. Trata también sobre el encuentro con uno mismo mediante el juego, la exploración de la personalidad, ser feliz e irradiarlo a los demás.
Esta filosofía de vida propia de muchos artistas es hoy puesta en práctica por las empresas que recurren a este método para mejorar el desempeño de sus trabajadores a nivel grupal, resolver ciertos conflictos e, incluso, alcanzar mejores resultados económicos gracias a la mejora en el clima laboral y personal de sus empleados y fortaleciendo el sistema inmunológico de algunas empresas "enfermas".
"Con los talleres trabajamos aspectos de la vida diaria que muchas veces no tomamos en cuenta, como la mirada. Los resultados muestran que el clown ayuda a mejorar el trabajo en equipo, a que los empleados reconozcan al resto y a sí mismos como mejores personas y a que laboren más contentos, pues se crea un vínculo en el taller que luego se traslada a la oficina", dice Gisselle Guerra, consultora de Clown Coaching.
Cada vez son más las compañías que optan por este tipo de actividades extralaborales para mejorar la calidad y el ambiente de trabajo. "Muchos trabajadores no conocen a sus gerentes, por lo que hacemos que jueguen juntos, se conozcan, se cree un vínculo de equipo que luego se traslade a la empresa", dice Guerra.
"En algunas empresas, las diferentes áreas tienen conflictos entre sí, y en el taller se dan la oportunidad de conocerse más allá del rol laboral, lo que genera nuevas amistades y actitudes de colaboración". Algunas empresas extranjeras con sede en Lima ya han enviado a colaboradores al Perú para realizar este taller de clown coaching, así como otras de Colombia, El Salvador y Guatemala han requerido que se dicten algunos talleres allá, buscando promover un liderazgo compartido y cultura de confianza.
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