Por decreto, las empresas del sector minero y petrolero deberán liquidar en el país el 100% de sus exportaciones. Las compañías de seguros tendrán que repatriar fondos invertidos en el exterior.
Bajo el argumento de que había que terminar con un privilegio , el Gobierno tomó ayer una decisión que revela la creciente preocupación oficial por la fuga de capitales . Mediante el decreto 1722, publicado ayer en el Boletín Oficial, decidió obligar a las empresas mineras y petroleras a liquidar en la Argentina el 100% de las divisas que generan sus operaciones de exportación.
Hasta ahora, podían dejar el grueso de esos dólares fuera del país. Eran la excepción a la regla.
Los funcionarios calculan que así habrá un ingreso extra anual de 3.000 millones de dólares . La cifra parece impactante, pero equivale apenas a los dólares que compraron empresas e individuos en setiembre, como parte de la tendencia que se aceleró en los últimos meses. La fuga ya roza los 21.000 millones de dólares en lo que va de 2011. Es lo que llevó a una caída de casi 4.500 millones de dólares en las reservas, que ayer estaban en 47.692 millones.
Además, hoy se publicará otra resolución que va en el mismo sentido: se obligará a las aseguradoras a vender los activos financieros que tienen en el exterior y repatriar los casi 2.000 millones de dólares que generarían esas operaciones. ( Ver página 4 ) Mineras y petroleras juraron que el decreto las tomó por sorpresa . Y no solo a ellas. Se dijo que ni el secretario de Minería, Jorge Mayoral, estaba al tanto de la jugada. Fuentes oficiales dejaron entrever que en la elaboración de la normativa participaron la presidenta Cristina Kirchner, el ministro y futuro vice Amado Boudou y la titular del Central, Mercedes Marcó del Pont.
La decisión empezó a cocinarse a fines de setiembre . La normativa habla de “razones de equidad” y de “otorgar un trato igualitario respecto de las demás actividades productivas, como por ejemplo las del complejo agro exportador ”.
La reacción de las empresas no fue igual en los dos sectores. Las petroleras reconocieron que había cierta “lógica” y era una medida “difícil de rebatir” en este contexto. Distinto era el ánimo en las mineras. “Sospechábamos que algo podía suceder, pero nos tomó con la guardia baja. Y en verdad no sabemos si acá terminan las sorpresas o en el futuro se vienen más medidas, como por ejemplo una suba de las retenciones ”, que para el sector van del 5 al 10%, lejos del 35% que paga la soja . Empresarios mineros aclararon que no todos los dólares de sus operaciones quedan fuera del país. “Dos tercios de la facturación se liquidan acá, porque se usan para pagar regalías, salarios, impuestos y retenciones”. El tercio restante, calcularon, rondaría los 1.400 millones de dólares.
Unas y otras empezaron a sacar cuentas de qué costos extras les generarán los cambios. Por lo pronto, los de vender las divisas y luego recomprarlas, y también el impuesto al cheque, que eludían por hacer sus operaciones fuera del país. Luego enfrentarán otro tipo de trabas no tan formales, como podrían ser las demoras en lograr la autorización para girar utilidades al exterior.
En el Banco Central se atajaban frente a posibles reclamos de tipo legal. “Acá no se violó la seguridad jurídica . El decreto no afecta la ley de promoción de inversiones mineras, que garantiza la estabilidad impositiva, pero no dice nada sobre dónde se deben liquidar las operaciones de comercio exterior de las compañías”.
Más allá de las sorpresas o las quejas que pueda despertar el decreto, lo que resulta innegable es que la cuestión cambiaria le copó la agenda al Gobierno y no le dio descanso tras el rotundo triunfo en las elecciones. Esta semana el Central debió desprenderse de cerca de US$ 500 millones.
En el Gobierno quisieron mostrar al decreto 1277 como un signo de fortaleza, aunque en el mercado se lo interpretó como una señal clara de que la preocupación por la fuga de divisas es cada vez mayor, lo que reaviva las especulaciones , desde un mayor control al mercado de compra y venta de dólares – y que iría más allá de los coloridos operativos en el microcentro – a un desdoblamiento del mercado cambiario (negado por ahora de manera enfática por el Ministerio de Economía y el Central).
Lo cierto es que los 3.000 millones de dólares de mineras y petroleras, más los 2.000 millones de las aseguradoras que se usarán para aumentar la oferta de dólares pueden tener una doble lectura . Para el Gobierno, deberían tranquilizar al mercado. Los que piensan distinto vaticinan que esos fondos terminarán alimentando la fuga de capitales , motorizada por quienes creen que el dólar está barato.
Esta semana Mercedes Marcó del Pont se reunió con banqueros de entidades nacionales y extranjeras para asegurarles que no habrá grandes saltos en la cotización del dólar. En el Central consideran que a la larga el mercado deberá convencerse de que no se viene una brusca devaluación, y confían además en que los inversores profesionales y las empresas terminarán dejando su capital en pesos para aprovechar las ahora sí más altas tasas de interés que se pagan por los plazos fijos . Ayer la tasa Badlar marcó un máximo para el año: llegó al 20,6% anual.
Los que no quieren dejar pasar el tiempo son los que se vuelcan al dólar. El que se compra en bancos y casas de cambio y respetando las leyes, ayer cotizaba en torno a $ 4,27. Pero en el creciente mercado informal se vende a $ 4,45, en tanto que la paridad salta a $ 4,86 cuando se utiliza como vehículo de fuga la compra de títulos públicos que se liquidan en el exterior.
Es la fiebre por el dólar, que el Gobierno no sabe cómo bajar.
Por: Gustavo Bazzan
Clarín
Jueves 27 de Octubre de 2011
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