La Fundación Relevando Peligros tomó fotos de las obras en los principales barrios de la ciudad. Parantes débiles, lo más común
Según un relevamiento fotográfico de la Fundación Relevando Peligros, ocho de cada 10 edificios en construcción no cumplen las medidas de seguridad indispensables para que los peatones puedan caminar tranquilos por las veredas y no reciban un ladrillazo inesperado en la cabeza. El sondeo se efectuó en unos 50 edificios en construcción de Nueva Córdoba, Juniors y General Paz, barrios donde hay gran cantidad de obras en marcha. La Fundación Relevando Peligros, presidida por Sandra Meyer, busca advertir sobre los riesgos a los que la gente está expuesta en la vía pública.
Tras indagar obras en construcción, Relevando Peligros detectó bandejas de protección inexistentes o mal colocadas, alambres sueltos, objetos punzantes sobresalientes, telas y medias sombras faltantes o rotas, parantes de madera enclenques o torcidos, chapas peligrosas, y cierres de obra (vallados perimetrales) tirados, inclinados o apoyados sin suficiente seguridad.
Si estuviesen bien colocados, estos elementos amortiguarían la posible caída de escombros, ladrillos y otros materiales en veredas o calles, lo cual es un riesgo para peatones y vehículos. El último caso más conmovedor en la ciudad se dio en agosto de 2010, cuando la joven Estefanía Puechagut murió aplastada al derrumbarse una pared desde el décimo piso del edificio en construcción de Pueyrredón y Vélez Sársfield.
Hoy, muchos peatones eligen no pasar debajo de las pasarelas dispuestas por las empresas constructoras, temerosos de que se desplome algo de la obra. A cambio, utilizan la calzada de las calles, aun conociendo el riesgo de ser atropellados por autos. Según Meyer, en muchas obras en construcción los parantes de madera y las chapas están pésimamente colocados. “Esto implica una seria falla de seguridad que atenta contra la integridad física de la gente”, sostuvo.
La mujer –quien desde la muerte de su hijo en la vía pública se comprometió a detectar peligros inminentes que pueden costarle la vida a las personas– observó que en bulevar Chacabuco hasta se usan árboles de las veredas para sostener elementos de seguridad de las obras. “Nadie controla los edificios en construcción; Córdoba está a merced de los empresarios, a quienes habría que darles un tirón de oreja porque no invierten en medidas de seguridad; no hay conciencia”, cuestionó Meyer.
La fundación aclara que muchas empresas constructoras sí cumplen con los requisitos de seguridad básicos. “Vimos que el 15 por ciento de los edificios en desarrollo posee pasarelas peatonales impecables, parantes en buen estado y cierres de obra bien realizados”, puntualizó Meyer.
Otros peligros. Los contenedores de escombros de las obras en construcción son peligrosos para conductores de vehículos, en especial motociclistas. Ya hubo varios accidentes fatales por su causa.
Meyer plantea que los contenedores que encontró no están señalizados, restan espacio para el estacionamiento y permanecen días sin ser retirados.
Las instalaciones eléctricas también constituyen un serio problema. “Vimos cables sueltos e instalaciones precarias en varias obras edilicias; se conocen casos de obreros que murieron electrocutados por estas negligencias”, planteó.
Por último, enumeró otros obstáculos en la vía pública, molestos para los peatones, que generan las obras en construcción, a saber: montañas de arena, veredas en mal estado, objetos desparramados en calles y aceras, y chapas intimidantes.
Por: Germán Pandolfi
La Voz del Interior
Viernes 7 de Octubre de 2011
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