Fernando Massa
LA NACION
A sólo 72 horas del derrumbe en la zona de Las Cañitas, en Palermo, que milagrosamente no dejó heridos, y sobre la base de los peritajes preliminares, pocos ponen en duda que la torre-grúa cayó sobre cuatro edificios porque cedió el suelo donde estaba apoyada. Sin embargo, expertos consultados por La Nacion se refirieron a un aspecto que pudo haber provocado el accidente y del cual hasta el momento no se había hablado: el lavado del suelo que se realiza en las zonas bajas de la ciudad antes de comenzar a construir.
El arquitecto Marcelo Almuina, especialista en patología de la construcción que fue perito de la causa AMIA, indicó a La Nacion que la raíz de este fenómeno se da porque la ciudad de Buenos Aires se ha expandido sobre zonas que fueron ganadas al río y que tienen cota muy baja, es decir que las napas de agua se encuentran muy cerca de la superficie.
"En Palermo, Núñez, Belgrano, Las Cañitas y Puerto Madero el agua se encuentra apenas se empieza a excavar, porque son zonas de cota muy baja, y la napa está muy cerca. Por eso, antes de construir, se realiza mediante un sistema de bombas lo que se denomina depresión de las napas, y esa agua es enviada a la vía pública. Pero cuando se utiliza el sistema de bombas se produce un lavado de suelo, es decir que las partículas más finas, como puede ser el limo, se separan del suelo y migran con el agua. De esta manera, en todas estas zonas se ha desconsolidado el suelo, lo que pudo haber provocado la alteración de los suelos linderos y el posterior descalce de la base de la torre-grúa", explicó el especialista.
Almuina puntualizó, además, que muchas veces la celeridad para realizar la obra atenta contra los procesos de seguridad, pero que de todas maneras "es algo que se pudo haber previsto".
Otras opiniones
En tanto, Luis Perri, uno de los socios de la empresa Obras y Sistemas SRL, que efectuaba los trabajos de construcción con la grúa que provocó el siniestro, se limitó a decir ayer que, en su opinión, lo que cedió fue el suelo donde estaba fijada la grúa-torre y también a sus costados, lo que provocó la fractura de los pilotes donde estaba apoyada y la pérdida de la resistencia, una hipótesis que de ninguna manera contradice lo afirmado por el arquitecto Almuina.
Por su parte, fuentes del gobierno de la ciudad indicaron que las hipótesis preliminares que se manejan son dos: en primer lugar, una mala praxis producto de las excavaciones realizadas alrededor de la grúa que pudo provocar que la grúa cediera; la otra posibilidad es que haya estado bien hecho el apuntalamiento, pero que haya cedido igualmente por fatiga de materiales, es decir, porque las piezas móviles que componen la grúa tuvieran un tiempo de uso superior al debido.
Frente a esta última hipótesis, un dato brindado ayer por el ingeniero Franco Sborlini, de la firma Obras y Sistemas SRL, se torna fundamental: la grúa-torre NS52 de la compañía española Jaso -estas grúas no se fabrican en la Argentina- es modelo 2005, por lo que se considera una grúa nueva. "Esta torre-grúa contiene un manual de instrucciones que demanda mantenimiento mensual, que fue puntualmente realizado. De por qué se cayó no manejamos ninguna hipótesis. En 72 horas es muy difícil estimarlo y preferimos evitar que haya malas interpretaciones", dijo.
Consultado por La Nacion, el doctor Daniel Butlow, especialista en arquitectura legal, también abogó por la teoría del lavado de suelo, pero hizo hincapié en que lo primero que se debe tener en cuenta es que si bien la instalación de una grúa es una obra temporaria, no deja de ser una obra en sí misma. "Me llamó la atención que todos los vecinos hayan presentido que iba a suceder, pero que no hayan hecho nada al respecto. Por eso es bueno que sepan que existen herramientas legales para prevenir este tipo de accidentes, como lo es la figura de la denuncia de daño temido, contemplada en el artículo 2499 del Código Civil", afirmó
La Nación
Miércoles 16 de Febrero de 2011
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