La Legislatura porteña aprobó ayer una norma que impone límites de emisión de ruidos en el interior de boliches bailables y casas de fiestas, con el propósito de preservar la salud y evitar daños auditivos en los asistentes y en los trabajadores. Además, el texto fijó multas de hasta $ 60.000 para quienes no cumplan con las nuevas exigencias.
El proyecto fue impulsado por la diputada de Pro Marta Varela y obtuvo despacho favorable en las comisiones de Ecología, Justicia y Desarrollo Económico. Ayer, fue sancionado por unanimidad.
"El máximo nivel de ruido que se permitirá en los locales habilitados como bailables (clase A, B o C), casas de fiestas privadas, clubes de música en vivo, bares con habilitación complementaria de local de baile o música en vivo y todo otro local donde se ejecute música será de 90 decibeles", explicó Varela.
Para controlar que no haya excesos, estableció la ley, los locales deberán contar con un dispositivo limitador de sonido "autorizado y precintado por la autoridad de aplicación (probablemente será la Agencia de Protección Ambiental), que atenúe el sonido automáticamente cuando éste supere el nivel de 90 decibeles transcurridos más de cinco segundos". Cuando se presenten números en vivo, se prevé, los equipos de audio de se deberán instalar de forma tal que el nivel de ruido sea controlado por el dispositivo.
La ley modificó, además, en el Código de Faltas para que las infracciones reciban el correspondiente castigo. En ese sentido, se estableció que el responsable del local en el que se superen los 90 decibeles, o que no cuente con el dispositivo limitador de sonido, será sancionado con multa de 2000 a 50.000 unidades fijas (de $ 2400 a $ 60.000) y/o inhabilitación y/o clausura.
Asimismo, en caso de alteración del precinto del limitador de sonido, será sancionado con multa de 5000 a 80.000 unidades fijas ($ 6000 a $ 96.000) y/o inhabilitación y/o clausura.
La Legislatura también aprobó ayer, en primera lectura, la creación de la Reserva Ecológica Costanera Norte, en el polígono delimitado por el muro de contención de la Ciudad Universitaria, la desembocadura del arroyo Vega y el Parque de la Memoria, el Río de la Plata y la desembocadura del arroyo White.
El proyecto, según el cual el acceso a la nueva reserva será público y gratuito, debe ser debatido en audiencia pública y luego ratificado en el recinto.
La Nación
Jueves 2 de Diciembre de 2011
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