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lunes, 5 de diciembre de 2011

Efecto diciembre: el cuerpo pasa su "factura anual" y el "síndrome de fin de año" repercute en el trabajo

iProfesional (Argentina) / Por Cecilia Novoa

diciembreEpoca de balances por excelencia, fin de año trae aparejado la formulación de planteos sobre las metas cumplidas, la frustración por lo faltante, la acumulación de estrés y los cuestionamientos acerca de lo que vendrá. Consejos de expertos para hacerle frente, con éxito, al último mes del calendario

Tanto a nivel laboral y profesional como personal y familiar, el fin de año trae aparejado la formulación de planteos acerca de las metas cumplidas, la frustración por lo faltante, la acumulación del estrés y los cuestionamientos acerca de lo que vendrá.

Por estos días, más de la mitad de los encuestados como parte de un estudio de ZonaJobs que indagó acerca del estado en que llegan los trabajadores a los últimos meses del año, dice estar cansado y estresado, sintiendo que todo les cuesta el doble. (Ver infografía a continuación)

fin-año

Al respecto, Nilda Cambón, directora de NConsulting&Partners, señala que "la mayoría de los empleados está con la mente en cualquier parte además de la oficina."

De acuerdo a la consultora, "se combina el trabajo y los compromisos familiares que,terminan siendo una carga y no una oportunidad de encuentro: las fiestas del colegio, las fiestas familiares, las fiestas con los compañeros, la preparación de las vacaciones. Es el síndrome de fin de año, al que le sumamos nuestra propia sobre-exigencia".

En tanto, Sol Zunino, gerente de Empleos y People Care de Dridco, empresa dueña de ZonaJobs, explica que "generalmente esta última etapa es un período de balances, tanto en el trabajo como en el ámbito personal y suele pasar que hay cosas que no se pudieron alcanzar y eso genera un sentimiento negativo y de ansiedad."

Llegó la hora del balance

En este sentido, Laura Orsi, médica psicoanalista y miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), subraya que "el balance es inevitable y necesario."

En opinión de la especialista, "cuando llega fin de año y aparece el balance, inevitablementela persona recorre todo lo que hizo, lo cual es muy bueno porque posibilita el pensar y reflexionar y hasta incluso recordar logros que ya se habían olvidado. Además, permite proyectar lo nuevo, lo que se quiere para el futuro."

Claro que también, con la llegada de fin de año, muchas personas se ponen tristes o se deprimen por todo lo que se termina.

"A nivel laboral, pueden temer por la no renovación de sus contratos y puestos y por la pérdida del valor adquisitivo del salario, lo que está directamente relacionado con el mantenimiento - o pérdida- de la calidad de vida y el bienestar", comenta Orsi aiProfesional.com.

Y añade que, "en paralelo, otras personas piensan que es un buen momento para considerar un cambio laboral o de posición, planear renovarse mediante el estudio o la capacitación, o consideran nuevos proyectos y, de acuerdo a como se desarrolló la relación con sus jefes y compañeros, elaboran estrategias diferentes para sentirse mejor en sus puestos."

En diciembre, el cuerpo pasa la "factura anual"

En cuanto al cansancio y al estrés, los especialistas en Recursos Humanos entienden que esta situación se da porque a partir de octubre se ingresa en un período de cuenta regresiva hacia fin de año, y se inicia una carrera contra el tiempo, tratando de cumplir con todas las tareas postergadas.

Esto se traduce en una serie de fenómenos que mal administrados pueden tener un efecto negativo.

"Los empleados se encuentren con mayores exigencias de actividades personales y muy movilizados desde el plano emocional", argumenta la psicóloga Verónica Vicentini, otra de las especialistas entrevistadas por ZonaJobs.

Producto de la intesidad con que se vive en estos días, pueden aparecer manifestaciones físicas como ansiedad, cansancio, malhumor o enojo, reacciones negativas ante señalamientos y mayor cantidad de errores, entre otras.

En tanto, "los síntomas menos evidentes suelen ser disminución de la tolerancia a la presión, somatizaciones, bajo nivel de atención, mayor propensión a accidentes, jornadas laborales más extensas, aumento del trabajo individual y disminución de la cooperación con el equipo", resalta Zunino.

Cómo combatir el cansancio

Sin embargo, estas consecuencias pueden ser aminoradas por una adecuada política laboral de incentivo y motivación para el empleado, que tienda a neutralizar la sensación de cansancio y a estimular el pensamiento positivo y constructivo.

En este sentido, Zunino recomienda que "el jefe o líder del equipo se reúna con su grupo de trabajo y repasen juntos los objetivos del último tramo del año; que definan prioridades y también acciones para concretarlos."

Es importante, además, que la empresa no incentive la idea de "fin de año" asociada a la vorágine de desarrollar todas las tareas dispuestas. La ansiedad no debe trasladarse de la compañía al empleado, ni viceversa.

Una de las formas de lograr la disminución de ansiedad en el trabajo supone el establecimiento de metas a corto plazo, que permitan percibir los logros de manera más próxima. Así, el colaborador siente satisfacción por contemplar su trabajo finalizado.

También se puede "considerar durante la instancia de planificación, que estas fechas son complicadas para darle curso y/o conclusión a proyectos muy exigentes y claves para la organización; y brindar, opcionalmente, el acceso a actividades que permitan relajarse, tales como gimnasio, masajes o descuentos en spa", agrega Vicentini.

Y la directora de NConsulting&Partners subraya: "Es necesario, en la medida de lo posible,tratar de crear un ambiente motivante y relajado con incentivos materiales e inmateriales adecuados a la cultura de cada organización."

Pero, ¿qué más deberían hacer las empresas frente a la llegada de fin de año? A continuación, siete tips sugeridos por los expertos en Recursos Humanos:

  • Generar acciones que promuevan la integración entre las personas. El buen ambiente de trabajo puede colaborar para que no se pierda el espíritu de equipo. Por ejemplo: organizar torneos internos (de fútbol, o algún otro deporte), trivias o concursos, sorteos.

  • Mantener reuniones de feedback con los colaboradores.

  • Festejar los logros del equipo de trabajo.

  • Generar reuniones de gerentes para la presentación de resultados alcanzados.

  • Formar presentaciones del negocio o comunicados al resto de la compañía de cómo les fue en el año.

  • Festejar el fin de año

  • Incentivar a los empleados a tomar vacaciones en baja temporada (como días adicionales por ejemplo). Esto permitiría tener colaboradores más descansados en diciembre y sin la preocupación inmediata de organizar las vacaciones.

  • En tanto, en el caso de los empleados, para finalizar el año laboral con mayor optimismo, se recomienda:

  • Luego de hacer el balance anual, identificar cuáles son sus intereses, expectativas y objetivos.

  • Aprender a jerarquizar las problemáticas que aparecen en el día a día.

  • Mantener un diálogo fructífero con los jefes o supervisores.

  • Crear una atmósfera laboral grata, comunicándose con los compañeros de trabajo y respetando a cada uno.

  • No sobrecargarse con tareas. Mejor desempeñar de manera efectiva las más importantes, que querer abarcar todo junto.

  • Motivarse con las propuestas de esparcimiento y recreación de la compañía.

  • En noviembre o enero, el balance siempre llega

    Diciembre no es un mes más dentro del calendario. Al contrario, por las fiestas, los regalos, la llegada del verano y la previa a las vacaciones no suele pasar desapercibido. Todos esperan su llegada, más allá del estrés y la euforia con que después transiten sus días.

    Así, los más precavidos empiezan en octubre o noviembre a pensar y proyectar lo que quieren para el año siguiente. Otros, en cambio, prefieren hacerlo más tranquilos en durante las vacaciones.

    Sin embargo, más allá del mes o momento elegido, el balance -en la gran mayoría de los casos- termina llegando. Y será más superficial o más profundo, según cada personalidad.

    En definitiva, aclara Orsi, "lo angustiante no es tanto el balance en si, sino nuestra actitud frente a él."

    "Hay personas que tienen un nivel de autoexigencia muy alto y, por este motivo nunca les cae bien el balance. Les parece que tendrían que haber hecho más. Siempre piensan más en lo ideal que en lo posible y lo mismo proyectan para el año siguiente, por lo que van volver a sentirse descontentas, frustradas", advierte Orsi.

    Lo recomendable, para la experta, "es poder vivirlo con esperanza y no perder la ilusión de renovarnos".

    "Y evitar llenarse de metas y objetivos en exceso", claro.

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