En las aguas que están frente a la central nuclear de Fukushima hallaron cantidades de yodo 131 que son 7,5 millones más altas de lo normal . La contaminación se produjo por una filtración de líquidos en el reactor número 2 que caen directamente al mar, producto de los daños en la estructura provocados por el tsunami del 11 de marzo. Para intentar frenar el filtrado, las autoridades japonesas ya comenzaron a vertir unas 11.500 toneladas de agua con menor radiación. Así buscan vaciar los estanques donde se encontraban esos líquidos menos tóxicos y poner en ese lugar los que tienen niveles alarmantes y que se detectaron ayer en el Pacífico.
Hasta el momento se calcula que en el sótano de la central y en canales subterráneos hay 60.000 toneladas de agua radiactiva, cuya presencia complica el trabajo de los técnicos para estabilizar el funcionamiento de la planta. La empresa operadora de la central dañada, Tepco, informó que hasta el momento vertió al mar unas 3.430 toneladas de agua contaminada de las 11.500 toneladas previstas.
Pese a la conmoción que provocó la noticia, el portavoz del gobierno nipón, Yukio Edano, volvió a defender ayer el vertido de agua radiactiva al Pacífico, argumentando que la posibilidad de que se siguieran filtrando líquidos más contaminantes seguramente traerían consecuencias más graves.
“En Fukushima se encontraron frente a una elección y se optó por una solución que tuviera un impacto menor”, aseguró el experto en efectos de radiactividad, Emilio Santoro, de la Agencia Nacional Italiana para Nuevas Tecnologías.
El agua volcada intencionalmente en el Pacífico proviene de las sentinas de los edificios que contienen los reactores y las turbinas. Este líquido inundó todos los espacios libres y se contaminó luego de las explosiones de lo días siguientes al terremoto y al posterior tsunami en el noreste de Japón.
Otra causa de la contaminación fueron las operaciones para enfriar las piletas de almacenamiento en las cuales se conserva el combustible utilizado. Aparentemente hay pérdida que deja que el agua contaminada vaya hasta los pisos más bajos de los edificios. En condiciones normales, el agua que podría acumularse en los subterráneos puede ser eliminada con bombas que transfieran este agua a un edificio en el cual sea descontaminada. En Fukushima, sin embargo, bombas y sistemas de descontaminación fueron destruidos por el tsunami.
También ayer Tepco informó que está utilizando un material químico aislante empleado para tratar de frenar el líquido con alto valor radiactivo que se filtra por una grieta detectada en el foso de hormigón del reactor 2. En las últimas informaciones sobre esos trabajos, la empresa era “optimista respecto de los resultados”.
Tepco inyectó 1.500 litros de material químico sobre una base de cristal líquido para evitar esas fugas. Y ahora, para frenar definitivamente las filtraciones hacia el mar la empresa tiene previsto inyectar otros 1.500 litros de aislante en el foso de hormigón del reactor nuclear, informó el canal de televisión NHK.
Tepco busca incesantemente nuevas vías y alternativas para retirar el agua radiactiva. Está también previsto que los empleados comiencen a utilizar más adelante una especie de isla flotante con tanques, llamada “megafloat”, que puede succionar hasta diez millones de litros de agua diarios. Hasta ahora el “megafloat” es empleado en el puerto de la ciudad de Shimizu como isla flotante para los pescadores.
Por otro lado, el gobierno japonés evalúa pedir en préstamo a Rusia el “Suzuran”, una plataforma construida en 2001 para la limpieza de los líquidos radioactivos de los submarinos nucleares.
“Estamos verificando si es técnicamente posible utilizarlo para nuestro problema”, dijo ayer Hidehiko Nishiyama, portavoz de la Agencia Japonesa para la Seguridad Nuclear.
Por: Alieto Aldo Guadagni
Para LA NACION
El autor fue secretario de Energía de la Nación
La Nación
Miércoles 6 de Abril de 2011
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