TOKIO.- Cuando aún no se terminó de sellar la planta nuclear de Fukushima I, devastada por un tsunami y un terremoto el 11 de marzo pasado, otro fuerte sismo de 7,1 grados en la escala de Richter causó pánico ayer en Japón, donde se temió un nuevo maremoto.
Sin embargo, la alerta de tsunami fue levantada poco después, sin que se registraran daños en ninguna de las centrales nucleares del país, según informó la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa en un comunicado.
El sismo de ayer tuvo lugar a las 23.32 (hora local) frente a las costas de la provincia de Miyagi, y se considera una de las réplicas más fuertes del terremoto del 11 de marzo, según informó el Organismo Meteorológico de Japón. El epicentro se ubicó 66 kilómetros al este de la ciudad de Sendai, devastada por el sismo de marzo.
La policía nacional de Japón informó de siete personas heridas en las provincias de Iwate, Akita, Yamagata y Fukushima, dos de ellas de gravedad, según detalló la cadena televisiva japonesa NHK.
Según la agencia local Kyodo, entre los heridos hay una mujer de 85 años que se vio afectada por los daños ocasionados por el temblor en un edificio en la localidad de Kurihara (provincia de Miyagi).
La intranquilidad que desató esta nueva réplica hizo que el primer ministro de Japón, Naoto Kan, se dirigiera a medianoche a su oficina para pedir que se determine el alcance de los daños y la necesidad de operaciones de rescate.
La policía y los bomberos recibieron en los momentos que siguieron el terremoto llamadas para asistir a personas heridas o atrapadas en ascensores, mientras que también se informó en Sendai de fugas de gas e incendios.
La réplica se produjo cuando el gobierno japonés y la empresa Tokyo Electric Power (Tepco) se encuentran en plena lucha por controlar la situación en la planta de Fukushima I, averiada por el terremoto de 9 puntos en la escala de Richter y el posterior tsunami del 11 de marzo, que dejó unas 28.000 personas muertas o desaparecidas. Se trató del peor accidente nuclear en 25 años y la mayor crisis que enfrenta a Japón desde la Segunda Guerra Mundial.
Durante el sismo de ayer se encontraban dos personas en las salas de control de los reactores 1 y 2 de la planta de Fukushima I y otras siete en la zona de toma de agua, aunque todas fueron evacuadas a otro edificio y ninguna resultó herida, según NHK.
Tepco informó que en la central nuclear de Higashidori, en Aomori, recurrió a generadores de emergencia para evitar problemas de refrigeración en la piscina de combustible usado de uno de sus reactores.
En la planta nuclear de Onagawa (Miyagi), que se encuentra muy cerca del epicentro de este último terremoto, hubo problemas en dos de los tres generadores externos, aunque los niveles de radiación no aumentaron. Además, en la planta de procesamiento de residuos nucleares de Rokkasho, en Aomori, los operarios recurrieron a generadores para suplir la falta de energía por la interrupción de la fuentes externas de electricidad.
Fugas
Las fugas de radiactividad de Fukushima I obligaron a evacuar a unas 80.000 personas que viven en un radio de 20 kilómetros en torno de la planta devastada. Ya penetraron en la tierra y el mar, y se introdujeron en verduras, leche no pasteurizada e incluso en el agua de red de Tokio, 220 kilómetros al Sur.
Además, están alarmando a las naciones vecinas: China reportó ayer rastros de radiactividad en espinacas cultivadas en tres provincias y Corea del Sur debió cerrar escuelas por el temor de los padres a que sus hijos se vieran expuestos a una lluvia tóxica.
Los ingenieros japoneses, que sellaron esta semana una fuga que filtró agua altamente radiactiva al mar, están inyectando nitrógeno en el reactor 1 para evitar el riesgo de una explosión y planean hacer lo mismo con otros dos reactores.
Tepco dijo anoche que esperaba no tener que verter más agua contaminada al mar a partir de mañana. Tal vertido provocó que las acciones de la firma, que se derrumbaron hasta perder un 80% de su valor, llegaran a su mínimo histórico esta semana.
Mientras los ingenieros enfrentan múltiples crisis, algunas de ellas como resultado de sus intentos por enfriar los reactores, algunos funcionarios japoneses admitieron que podrían demorar meses en controlar los reactores y años en limpiar el desastre causado por el tsunami en la central nuclear.
"Los datos muestran que los reactores están en condición estable, pero todavía no estamos fuera de peligro", declaró ayer el vocero del gobierno, Yukio Edano.
Agencias AFP, DPA, EFE y Reuters
La Nación
Viernes 8 de Abril de 2011
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