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martes, 3 de enero de 2012

El 45% de los ocupados, con carga horaria insuficiente o excesiva


Son casi 7 millones de personas que no tienen lo que se conoce como jornada equilibrada

Casi 7 millones de trabajadores urbanos en la Argentina no cumplen con una jornada laboral que podría considerarse equilibrada, ya sea con su vida personal (porque trabajan en exceso) o bien con sus necesidades económicas (porque involuntariamente trabajan menos tiempo que el que quisieran).

El número mencionado esconde realidades opuestas: mientras poco menos de 5,5 millones de personas -algo más de un tercio de los ocupados- le dedica a su empleo más de 45 horas por semana o un tiempo superior al pactado, casi 1,5 millones hacen tareas durante menos de 35 horas estando dispuestos a trabajar más tiempo.

En total, representan cerca del 45% de los ocupados.

Según estadísticas tanto oficiales como privadas, no hubo un cambio muy significativo en los últimos años en el valor de los índices que marcan de cuánto es la sobreocupación y la subocupación laboral.

Aunque son variables que, según destaca el economista Fausto Spotorno, del centro del estudio Orlando Ferreres & Asociados, tienen vinculación con el ciclo de la actividad, y eso sí se reflejó en algunos movimientos.

El dato más reciente de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, del tercer trimestre del año, muestra que trabaja más de 45 horas a la semana el 32,4% de la población económicamente activa, que incluye a quienes tienen una ocupación y a quienes la buscan.

Del total de personas con empleo, las sobreocupadas representan el 34,9%. Las cifras mencionadas en el primer párrafo surgen de extrapolar los índices a toda la población urbana.

Los subocupados, en tanto, son el 8,8% de las personas activas, tasa algo superior a la de los cuatro trimestres previos. El índice equivale a 9,5 de cada 100 personas que tienen una ocupación, aunque en el conurbano bonaerense esa tasa se eleva al 10,8 por ciento.

La sobreocupación tiene vinculación con los ciclos económicos, porque cuando hay despidos ?o renuncias y esos puestos no son cubiertos, se traslada una mayor carga de tareas a quienes quedan en la empresa, según analiza Spotorno.

El economista agrega otro elemento: el de las negociaciones colectivas impulsadas por los sindicatos, que posiciona mejor al personal incluido en los convenios.

Al quedar fuera de ese amparo, los profesionales suelen resultar más exigidos.

Más allá de la influencia de la evolución de la economía y del mercado laboral, la sobrecarga horaria tiene que ver en muchos casos con la responsabilidad del cargo.


Responsabilidad laboral

En el segmento de los jerárquicos, "los horarios son más nominales que reales", según dice Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano.

Una encuesta realizada por el sitio elsalario.com.ar, administrado por ese centro académico de estudios, arroja datos no muy distantes de los surgidos de la EPH. El resultado promedio de la consulta hecha entre 2006 y 2011 da que un 30,6% de los empleados trabaja más horas que las pactadas. Beker señaló que casi no varió esa proporción en el tiempo: entre los años mencionados, la tasa osciló entre el 28 y el 33 por ciento.

El 25,8% de quienes declararon trabajar más horas tiene título universitario, en tanto que el 23,3% cuenta con estudios terciarios.

"Entre los no jerárquicos se ?da la asignación de horas extras, aunque la realidad es que no siempre se cumple con los pagos", afirmó Beker.

Un dato que sugiere que en muchos casos hay sobreocupación por necesidades económicas es que la tasa es más alta en regiones con mayor tasa de pobreza, como las provincias del Norte, y menor en jurisdicciones como la ciudad de Buenos Aires, donde es del 25 por ciento.

"En la parte productiva de algunas industrias, la sobreocupación responde a factores como la escasez de personas calificadas para determinados puestos", evaluó Andrea Avila, directora ejecutiva de la firma de recursos humanos Sesa Select. También influye, agregó, el hecho de que tomar más personal implica en algunos casos montar nuevas líneas de producción, con una inversión a la que muchas veces las empresas no están dispuestas.

En el caso de los directivos, agregó, la responsabilidad del puesto hace que se trabaje ya no en función del horario, sino del logro de objetivos. En estos casos entra en juego cuál es el límite para encontrar un equilibrio entre la vida laboral y la personal. "La tendencia en los países más desarrollados, como los nórdicos, es a trabajar menos horas", sostuvo.


Problemas de educación

Lejos del exceso de tiempo de trabajo, el segmento de subocupados parece más identificado con las dificultades de acceso al empleo que sufre parte de la población con mayor vulnerabilidad social.

"La subocupación está vinculada con la ausencia de formación y la solución está en la educación básica y en la enseñanza de oficios", señaló Avila.

"Cuando aumenta el desempleo, también se incrementa la subocupación -señala Spotorno-. Y a veces la suba del índice de subocupación se anticipa a la de la desocupación."

Pero también, tal como ocurrió en 2009 -cuando la actividad estuvo en crisis-, puede darse un incremento del subempleo sin que llegue a traducirse en una mayor tasa de personas sin ocupación.

"Esto es porque hay lugar para changas, pero no para otro tipo de trabajos", consideró el economista. En 2009, en efecto, el subempleo urbano llegó a más del 10% de los activos, tras subir más de dos puntos en los dos años previos.


ENTRE NORUEGA Y TAILANDIA

Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de 2008 identifica a Noruega, los Países Bajos y Hungría como los lugares con menor proporción de personas que trabajan más de 48 horas semanales, con índices inferiores al 10%. En el extremo opuesto de la lista mundial, con cerca del 50% de los ocupados con sobrecarga de trabajo, se ubicaron Perú, Corea y Tailandia. La Argentina, con los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), quedó en un lugar intermedio, ya que alrededor del 32% de sus ocupados sufría la sobrecarga laboral.

Por Silvia Stang

La Nación
Lunes 2 de Enero de 2012

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